Detectar el momento justo para operarse de catarata no es una decisión que deba tomarse a la ligera. No basta con esperar a que la visión empeore: hay señales concretas que indican cuándo la calidad de vida empieza a verse afectada y cuándo posponer la cirugía podría tener consecuencias serias. Como profesional con años de experiencia acompañando a pacientes en este proceso, puedo afirmar que conocer el momento oportuno puede marcar la diferencia entre una recuperación óptima y una experiencia innecesariamente complicada.
¿Qué es una catarata y por qué aparece?
Una catarata es la opacidad progresiva del cristalino, una lente natural que tenemos en el ojo y que nos ayuda a enfocar. Con el tiempo, esa lente se vuelve turbia, bloqueando el paso de la luz y dificultando la visión. La causa más común es el envejecimiento, pero también puede deberse a factores como la diabetes, el uso prolongado de corticoides, golpes en el ojo o antecedentes familiares.
¿Qué síntomas indican que ya no se debe postergar?
Hay señales que el cuerpo da, y que conviene escuchar con atención:
- Dificultad para leer con luz tenue o incluso con buena iluminación.
- Problemas para manejar de noche, especialmente por los reflejos de las luces.
- Cambios frecuentes en la graduación de los lentes.
- Mayor sensibilidad al sol o a las luces artificiales.
- Pérdida de nitidez en colores y contornos.
- Sensación de estar viendo a través de un vidrio empañado.
Cuando estos síntomas empiezan a limitar tu vida cotidiana, la cirugía de catarata deja de ser opcional. No se trata de apurarse, pero tampoco de quedarse esperando que empeore más.
¿Existe una edad ideal para operarse?
No hay una edad exacta, pero sí un momento clínico adecuado. La mayoría de los pacientes se operan entre los 60 y 80 años, aunque hay casos de personas más jóvenes que requieren la intervención antes, por causas médicas específicas.
Lo clave es que el diagnóstico se haga a tiempo. Muchos adultos mayores piensan que su pérdida de visión es normal por la edad, y no consultan. Eso retrasa tratamientos que podrían haber devuelto su calidad de vida mucho antes.
¿Esperar puede ser peligroso?
Sí, y es una parte que suele subestimarse. Dejar que la catarata avance demasiado puede volver la cirugía más compleja. El cristalino endurecido, la inflamación de otras partes del ojo o la presencia de otras enfermedades oculares pueden complicar el procedimiento y la recuperación.
Además, vivir con visión reducida eleva el riesgo de caídas, accidentes de tránsito y aislamiento social. No ver bien impacta directamente en la autonomía, el ánimo y la salud mental.
¿Qué se evalúa antes de decidir operar?
Un buen diagnóstico parte de una consulta completa con el oftalmólogo. En lugares especializados como la Clínica de ojos Futuro Visión, se realiza una evaluación integral que incluye:
- Medición de agudeza visual.
- Evaluación del fondo de ojo.
- Estudio de la presión intraocular.
- Biometría para calcular el tipo de lente intraocular más adecuado.
- Revisión de enfermedades asociadas (glaucoma, degeneración macular, retinopatía diabética, etc.).
Lo recomendable es acudir a una clínica con experiencia y equipos modernos. No se trata solo de eliminar la catarata, sino de personalizar el procedimiento según las necesidades visuales de cada persona.
¿Cuánto cuesta una cirugía de catarata en Perú?
El costo puede variar dependiendo del tipo de lente que se elija, el centro médico y si se hace con tecnología láser. Según datos actualizados en 2025, el promedio de la operación de cataratas precio Perú oscila entre S/ 3,500 y S/ 8,000 por ojo en clínicas privadas.
Algunas clínicas permiten financiar el procedimiento en cuotas o acceder a descuentos por campañas de salud visual. Es importante consultar si el precio incluye todos los exámenes, la lente intraocular, la cirugía y los controles postoperatorios.
¿Qué tipo de lentes se pueden colocar?
Existen diferentes tipos de lentes intraoculares (LIO), y la elección depende de las necesidades visuales del paciente:
- Monofocales: ofrecen buena visión de lejos, pero requieren lentes para lectura.
- Multifocales: permiten ver de cerca y de lejos sin depender de lentes, aunque pueden causar halos o reflejos en algunos casos.
- Tóricos: corrigen el astigmatismo, además de la catarata.
- Acomodativos: imitan el movimiento del cristalino natural.
Es fundamental discutir las expectativas visuales con el oftalmólogo para elegir la mejor opción.
¿Cuánto dura la recuperación?
La cirugía es ambulatoria y dura entre 15 y 30 minutos. La mayoría de los pacientes nota una mejoría significativa en los primeros días. Aunque la visión se estabiliza por completo en unas cuatro semanas, muchas personas pueden retomar sus actividades cotidianas, como leer o caminar, en menos de una semana.
El cuidado postoperatorio incluye:
- Uso de gotas antibióticas y antiinflamatorias.
- No frotarse los ojos.
- Evitar levantar peso o actividades físicas intensas por unos días.
- Acudir a los controles indicados.
¿Cuándo operarse si se tiene otra condición médica?
Las personas con diabetes, hipertensión o enfermedades autoinmunes pueden operarse, pero deben tener sus condiciones controladas antes del procedimiento. De hecho, en algunos casos como la retinopatía diabética, la cirugía precoz puede evitar daños mayores en la retina.
Los pacientes con glaucoma o degeneración macular también deben ser evaluados cuidadosamente. Por eso es esencial atenderse en centros especializados, donde el enfoque sea integral y no solo quirúrgico.
¿Es necesario operarse ambos ojos al mismo tiempo?
Generalmente no. Lo más habitual es operar un ojo primero y luego el otro, con una diferencia de al menos una o dos semanas. Esto permite que el primer ojo cicatrice bien y el paciente se adapte antes de pasar al segundo procedimiento.
No existe una edad universal para operarse de catarata, pero sí un momento clave: cuando la visión empieza a limitar tu vida diaria. El cuerpo habla, y los ojos también. Escucharlos es el primer paso para recuperar la claridad que creías perdida.