Los peligros de las adicciones invisibles en la era digital

Los peligros de las adicciones invisibles en la era digital

La tecnología abarca hoy prácticamente todos los aspectos de la vida. Está presente en el trabajo, la educación, el entretenimiento y la socialización, pero su uso excesivo puede derivar en conductas adictivas que, a diferencia de las adicciones tradicionales, pasan desapercibidas hasta que comienzan a afectar seriamente la calidad de vida.

Las redes sociales, los videojuegos y el consumo compulsivo de contenido digital son solo algunas de las actividades que pueden generar dependencia y sus efectos pueden ser tan dañinos como los de cualquier otra adicción. Ahora bien, ¿qué dice la psicología al respecto?

Una adicción normalizada

Uno de los mayores riesgos de estas adicciones invisibles es que están normalizadas. Pasamos horas frente a las pantallas sin cuestionarnos si estamos perdiendo el control. ¿Cuántas veces revisamos el teléfono al día? ¿Cuánto tiempo dedicamos a los videojuegos o a desplazarnos sin rumbo por las redes sociales? Estas acciones, aparentemente inofensivas, pueden convertirse en hábitos nocivos que afectan nuestra salud mental, física y emocional.

En una entrevista sobre ludopatía con el psicólogo Aléxandros Demos se menciona que «hay que jugar siempre dentro de lo que se llama riesgo controlado, es decir, que no se le debe quitar tiempo a otras actividades». Asimismo, «siempre hay que compartir con otros las apuestas, al menos mencionando que se participa de ellas», añade el experto.

Este principio no solo aplica a las apuestas, sino también al uso de la tecnología en general. Cuando una actividad comienza a interferir con nuestras responsabilidades, relaciones personales o tiempo de descanso, es una señal de alerta.

El gran problema: la falta de ruido

El problema radica en que estas adicciones son silenciosas. No hay sustancias químicas involucradas, pero el cerebro libera dopamina, la hormona del placer, cada vez que recibimos un like o ganamos una partida. Este ciclo de recompensas inmediatas nos mantiene enganchados, dificultando la desconexión. Con el tiempo, esto puede generar ansiedad, estrés, insomnio e incluso depresión.

Por otro lado, el uso excesivo de la tecnología suele desplazar otras actividades esenciales para el bienestar, como el ejercicio físico. Pasar horas sentados frente a una pantalla no solo afecta nuestra postura y salud cardiovascular, también limita nuestras oportunidades de interactuar con el mundo real. Por eso, es necesario encontrar un equilibrio entre el tiempo que dedicamos a la tecnología y el que dedicamos a cuidar nuestro cuerpo y mente.

En este sentido, existen recomendaciones para equilibrar el uso de tecnología con actividad física  que pueden ayudarnos a prevenir estas adicciones invisibles. La mayoría de expertos recomiendan establecer horarios para el uso de dispositivos, practicar deportes o actividades al aire libre, además fomentar hábitos que promuevan la desconexión digital, como leer un libro o meditar. Estas prácticas también nos permiten reconectar con nosotros mismos y con los demás.

La concienciación, clave para la prevención

Como sucede con otras adicciones, el aspecto más importante para esta problemática es la educación. Tanto adultos como niños deben comprender e identificar los riesgos asociados al uso excesivo de la tecnología para aprender a utilizarla de manera responsable.

En otras palabras, ser conscientes de cuándo estamos perdiendo el control y buscar ayuda si es necesario. Las adicciones digitales no son un juego y reconocerlas es el primer paso para superarlas.

By Victor Alva

Soy un periodista especializado en temas de actualidad y salud en el Perú. He escrito varios artículos para la revista "Salud Peruana" y soy autor de varios libros sobre salud y bienestar. Además, he sido invitado a varios programas de televisión y radio para hablar sobre temas de política sanitaria, seguros y clínicas en el país.

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